Episodio 15 del podcast Psiconsejos vendo, titulado «Efectos de la pornografía en tu comportamiento«
Durante los últimos 50 años se han llevado a cabo numerosos estudios sobre los posibles efectos de la pornografía: en la salud mental, las agresiones sexuales, las relaciones románticas, la violencia de género, actitudes/creencias sexistas, la autoestima e imagen corporal, etc.
En el presente episodio analizaremos algunos de los últimos metaanálisis para intentar esclarecer lo que sabemos a ciencia cierta. Hablaremos sobre porno y violencia sexual, porno y adolescentes, porno e imagen corporal y porno y relaciones de pareja y satisfacción sexual. Y no te pierdas las conclusiones finales. Terminaré con un ejemplo de “mala prensa” sobre este tema.
Para enmarcar un poco el programa, aclaro que me referiré únicamente a los efectos en las personas que consumen pornografía, no a los efectos en las profesionales que trabajan dentro de esta gran industria y las violencias que pueden sufrir en ella.
Tampoco hablaré sobre el fenómeno de la porno-venganza, en la que vídeos íntimos se difunden públicamente sin el consentimiento de una parte implicada (generalmente mujeres).
¿Cómo es el consumo de pornografía?
¿Qué entendemos por pornografía?
No es algo tan sencillo de definir. Quizá una definición «más o menos consensuada» puede ser la de: material sexualmente explícito que tiene la intención de excitar.
Dentro de eso, hay una gran diversidad de pornografía: étnica, orientación sexual, diversidad de cuerpos, profesional o amateur, porno ético, feminista, o dirigido a mujeres, etc.
La mayoría de estudios que citaré se centra en la pornografía “mainstream”:
- Heterosexual
- Dirigida principalmente al disfrute de los hombres
¿Cómo es el consumo de hombres y mujeres?
Según un análisis de 2021, se aprecian diferencias entre mujeres y hombres en su consumo.
- Ellas:
- Tienden a consumir más tarde (juventud y adultez)
- Tienden a fijarse más en las caricias y besos
- Tienden a consumir porno con el fin de mantener relaciones sexuales con su pareja
- Ellos:
- Tienden a consumir más temprano (adolescencia y juventud)
- Tienden a buscar material de tipo más agresivo
- Tienden a consumir en mayor medida con el fin de masturbarse
Insisto, estoy indicando las diferencias grupales, tendencias. No significa que, por ejemplo, ellas no consuman pornografía para masturbarse. Lo que digo es que ellos tienden a hacerlo significativamente más.
¿Por qué motivos consumimos porno?
En este estudio clasifican 4 razones principales:
- Para excitarse y masturbarse o tener relaciones sexuales.
- Para mejorar el rendimiento sexual, por ejemplo, aprendiendo algunas técnicas o posturas novedosas.
- Por motivos instrumentales o sociales: Por ejemplo, porque mis amigos quedan para ver porno juntos.
- Falta de habilidades relacionales o de gestión emocional: No tener pareja afectiva, sentir soledad o aburrimiento, etc.
En este 4º caso, el consumo de porno estaría más impulsado por la evitación de emociones desagradables (ansiedad, tristeza) o la búsqueda de estimulación en casos de aburrimiento. Quizá esto explica los casos de visionado de porno en horario laboral.
Principales motivos en el caso de las mujeres
Algunas utilizan la pornografía como ayuda visual mientras se masturban o autoerotizan. Otras lo hacen para aprender técnicas sexuales. Y otras para potenciar la vida sexual con su pareja.
¿Nos excitamos con el mismo material?
En un estudio proyectaron 6 videos pronográficos, la mitad de ellos clasificados como “dirigidos a hombres” (porno mainstream), y la otra mitad como “dirigidos a mujeres” (porno feminista). Durante el visionado midieron la excitación sexual y la respuesta afectiva.
Los hombres reportaron mayores respuestas psico-sexuales que las mujeres para los 6 vídeos.
En el caso de las mujeres, indicaron mayor excitación y menor malestar en los vídeos “diseñados” para mujeres.
¿En qué se diferencia el porno feminista del mainstream?
Pues en general:
- Cuerpos más reales, que te podrías encontrar en la calle.
- Menos violencia, iniciativa más compartida.
- Relaciones sexuales más realistas.
- Menor enfoque en la genitalidad, mayor enfoque en las caras, emociones.
- Mayor diversidad de orientaciones e identidades dentro de una misma escena. Etc.
Pornografía y Comportamientos sexuales agresivos
Veremos estudios vinculando el consumo de pornografía con las agresiones sexuales a mujeres.
¿Qué tipo de estudios se han realizado?
Se han utilizado 3 tipos de estudios:
- Correlacionales: Se selecciona un número alto pero acotado de personas, y se compara el tipo y cantidad de pornografía consumida, con múltiples factores personales: actitudes sexistas, uso de la violencia en sus relaciones sexuales, etc.
- Experimentales: Exponen a los participantes a pornografía violenta, no violenta u otro tipo de video no pornográfico, y a continuación rellenan cuestionarios sobre sus actitudes y comportamientos sexuales, o les ofrecen la posibilidad de realizar alguna agresión leve a otra persona (p.ej. introducir las manos en agua fría).
- Poblacionales: Analizan la evolución del consumo de pornografía total en un país y lo comparan, por ejemplo, con la evolución del número de denuncias por agresión sexual.
Resultados obtenidos
He recurrido a un metaanálisis de 2020, que analiza estudios desde 1970 hasta la actualidad. Los metaanálisis, o estudios de estudios, proporcionan un mayor grado de evidencia que los estudios sueltos.
Bueno, al grano. La evidencia existente no sugiere que exista relación entre el consumo de pornografía no-violenta y las agresiones sexuales.
Y sugiere una relación débil, pero inconclusa, en el caso de la pornografía violenta.
Vayamos por partes, que el tema tiene bastante miga y matices.
Diferencias entre porno violento y no-violento
Aunque es una distinción subjetiva…
- Porno no-violento: relaciones sexuales vaginales, anales, sexo oral feminino o masculino. Y sexo en grupo en distintas proporciones.
- Porno violento: Escenas de violación donde uno o varios hombres fuerzan a una mujer a tener relaciones sexuales y esta se resiste inicialmente, independientemente de que si al final acaba disfrutando. Golpes, asfixia, atragantamiento durante sexo oral. Eyaculación en el rostro.
Analizando los resultados
Lo que dice respecto al porno violento es que hay poca relación entre la frecuencia con la que se consume y un aumento del comportamiento violento a nivel sexual.
Algunos estudios sí que muestran una mayor relación, y otros ninguna o incluso contraria (que un mayor consumo de pornografía podría suponer un factor protector a la hora de cometer agresiones sexuales).
En general, faltan estudios más rigurosos y que analicen qué otras variables interaccionan entre el consumo de porno y las conductas agresivas a nivel sexual. Veremos más adelante alguno de ellos.
Poblacionales
Y los estudios poblacionales, aunque con excepciones, sugieren que una mayor disponibilidad de pornografía (sin diferencias entre violenta o no) está asociada con una reducción de las agresiones sexuales.
Ojo, que es un estudio correlacional, no indica que esa reducción sea causada por un mayor consumo de pornografía. Pero no avalaría la hipótesis de que a mayor consumo de porno mayor número de agresiones sexuales.
¿Te sorprenden estos resultados?
¿Estoy diciendo que la pornografía no promueve la violencia contra las mujeres?
Este metaanálisis no desmiente que en el porno mainstream se cosifique a las mujeres como mero objeto para dar placer a los hombres, ni que muchas prácticas sean violentas y/o degradantes contra las mujeres.
Tampoco niega que muchas mujeres sufran violencias sexuales en su día a día.
Por ejemplo, según un estudio de la BBC, 1 de cada 3 mujeres en el reino unido ha sufrido violencia durante relaciones sexuales consentidas.
La relación sexual sí estaba inicialmente consentida, pero el uso de la violencia no; se daba sin pedir permiso y no era deseada por ellas: Incluyen, por ejemplo, nalgadas, asfixia, escupir, atragantamiento forzado durante felación, etc. que entrarían dentro de la categoría de porno violento.
Lo que sí dice el metaanálisis es que no hay un vínculo directo entre la frecuencia con la que se consume pornografía no violenta y cometer agresiones sexuales.
Y que hay vínculo débil en el caso del porno violento.
¿Cómo puede ser eso?
En parte, porque vivimos en un mundo donde la legitimación de la violencia contras mujeres está en múltiples espacios: películas no pornográficas, libros, creencias, programas de televisión, etc.
Y en parte porque hay otras variables mediando. Así, dos hombres que ven porno violento con la misma frecuencia pueden mostrar diferencias en el grado de violencia que ejercen durante su comportamiento sexual.
Y hombres que consumen menos porno violento pueden ser más violentos en su comportamiento que otros que consumen mucho más.
Violencia en el porno mainstream
En un estudio analizaron más de 4000 escenas pornográficas de dos portales de acceso gratuito. El 45% de las escenas analizadas incluían al menos un acto de violencia física en uno de los portales, y 35% en el otro.
En el 97% de las ocasiones las mujeres eran las receptoras de dicha violencia y las respuestas de las mujeres tendía a ser neutral o positiva. En el 76% de las ocasiones un hombre era el perpetrador de la agresión física. La desigualdad en este caso es manifiesta.
Variables mediadoras
En otro estudio titulado «¿Se relaciona el consumo de pornografía con la violencia hacia la pareja?«, entrevistaron a 382 hombres heterosexuales que habían tenido relación de pareja durante el último año. Les preguntaron por:
- Tipo y frecuencia de pornografía que consumían.
- Rellenaron tests para indagar sobre el uso de la violencia en la resolución de conflictos de pareja (física, psicológica, coacción sexual, negociación).
- Escala para valorar sus creencias neosexistas: Cómo de de acuerdo estás con esta afirmación: «Las demandas de las mujeres en términos de igualdad entre los sexos son simplemente exageradas«.
- Escala sobre la visión de las mujeres como objetos sexuales: ¿Estás de acuerdo con que “De manera inconsciente las mujeres siempre quieren ser persuadidas para tener relaciones sexuales”?.
- Escala sobre mitos de la violación: ¿En qué grado compartes estas afirmaciones? “Ser agredida es sexualmente estimulante para muchas mujeres” o “Una mujer que va a casa o apartamento de un hombre en la primera cita insinúa que está dispuesta a tener relaciones sexuales”.
Encontraron que el consumo de pornografía violenta se asoció positivamente con la perpetración de agresiones hacia la pareja… pero solo en los hombres con puntuaciones altas en justificación de la violencia, creencias en el mito de la violación, actitudes neosexistas y visión de la mujer como objeto sexual.
Por contra, en hombres con puntuaciones más bajas en estas creencias, la relación era negativa.
Es decir, a mayor consumo de porno, menos agresiones cometidas. Recalco que son estudios correlaciones, que no indican que el consumo de porno sea la causa o factor protector de las agresiones en pareja.
El consumo no afecta a todo hombre por igual
Así, el consumo de porno violento podría influir de forma diferente en cada hombre. Para algunos hombres, su consumo podría no tener efecto. Para otros el efecto podría ser agravante (aumentando los comportamientos agresivos al naturalizar el uso de la violencia) y para otros, protector (reduciéndolos).
Percepción de realismo en el porno
Además de las actitudes sexistas pre-existentes comentadas arriba, como variable mediadora también se ha estudiado la percepción de realismo.
En un estudio con personas universitarias en Alemania, observaron que la percepción de realismo en la pornografía era un predictor de coerción sexual (obligar a otra persona a tener relaciones sexuales), y de comportamientos sexuales de riesgo.
¿Cómo medían la percepción de realismo?
Valorando cómo puntuabas en una escala de 5 valores entre 1: totalmente de en desacuerdo y 5 totalmente de acuerdo: afirmaciones como: «La forma en que se presenta la sexualidad en la pornografía es bastante realista. Viendo vídeos sexuales aprendes cómo comportarte en situaciones sexuales. La pornografía ofrece información valiosa sobre el sexo”.
Y es que, según la teoría de aprendizaje social de Bandura, es más probable que los comportamientos observados sean transferidos a tu propio comportamiento cuando percibes lo observado como realista.
Y en otro estudio con universitarios, dedujeron que aunque a muchos les gustaba ver porno con prácticas sexuales no habituales, en realidad no deseaban llevar esas conductas a la práctica.
Es decir, que para algunos hombres la pornografía podría ser un espacio de fantasía separado de la realidad.
En otro estudio exploraron la relación entre el uso de pornografía y el nivel de sexismo en hombres heterosexuales. Ni el nivel general de consumo de porno ni el de pornografía violenta y/o degradante predijeron el nivel del sexismo.
En cambio, la percepción de realismo sí que predecía mejor las actitudes sexistas.
Porno y prostitución
Para terminar con el apartado de violencia en adultos, no he sido capaz de encontrar estudios que investiguen la relación entre el consumo de pornografía y el consumo de prostitución. Para ver si un mayor consumo de porno se asocia, o no,con un mayor consumo de servicios sexuales. Si sabes de alguno, déjamelo en los comentarios de mi web.
Sí que he encontrado un estudio de 2003, entrevistando a casi 900 mujeres prostituidas. Casi la mitad reportaban estar preocupadas por hombres que querían que ellas actuaran como habían visto en el porno.
Y en una encuesta a adolescentes de 2019, el 47% de los chicos indica haber recibido anuncios con ofertas sexuales después de navegar por páginas porno. Y si hay anuncios, hay negocio detrás.
Pornografía y adolescencia
Datos sobre su consumo
Según el informe de Save the children de 2020, con 1750 participantes entre 13-17 años: Indican que vieron porno por primera vez con 12 años, y 7 de cada 10 había consumido porno en el último mes.
¿Diferencias entre chicas y chicos?
Ellas ven porno una vez a la semana o al mes. Ellos tienden a verlo a diario.
Para ellas el primer contacto suele ser más accidental, les aparece mientras navegan por internet o lo reciben de otra persona (a veces desconocida). Ellos suelen buscar de forma activa ese primer acceso a contenido pornográfico.
Ellos manifiestan que lo consumen por placer. Y ellas, en mayor medida, para aprender qué se espera de ellas.
La inmensa mayoría, tanto chicas como chicos, sí que detecta violencia y relaciones desiguales en la pornografía. Pero esto está mediado en parte por la frecuencia de consumo de la misma.
Me explico: Entre quienes la consumen con mayor frecuencia (chicos en su mayoría), el 38% no encuentra en ella desigualdad y el 37% no encuentra diferencias entre el porno y el sexo “real”.
Entre quienes consumen menos, los porcentajes son menores.
Por otra parte, el 60% de las y los adolescentes prefiere porno en el que la relación se da en igualdad.
Pero quienes más consumen tienen preferencia por escenas con jerarquías de poder explícito.
Efectos del consumo
A partir de los datos anteriores, podríamos deducir que en adolescentes, un mayor consumo está relacionado con avalar relaciones sexuales más desiguales. Y en parte, opino yo, puede deberse a esa percepción de realismo que comentaba antes.
Y es que si se consume porno sin haber tenido experiencias sexuales previas, puede ser más probable percibir la pornografía como algo real (esto no está demostrado por ningún estudio, que conste).
Y al percibirla como algo real, su consumo frecuente podría naturalizar o insensibilizar respecto a las violencias allí contenidas (esto tampoco está basado en ningún estudio).
Violencia en las relaciones
En un estudio con 1700 adolescentes de 15-16 años y que habían tenido relaciones sexo-afectivas durante el último año, analizaron el consumo de pornografía con la violencia en sus relaciones.
Diferencian 3 tipos de violencia: física, sexual y de amenaza/extorsión, y valoraban cómo les afectaba a la hora de ser víctimas o perpetradores de dichas violencias.
¿Y qué resultados obtienen? Encuentran una relación mediada por el sexo. Las adolescentes más expuestas a porno violento perpetraban violencia física o de amenaza 1.5 veces más que las adolescentes menos expuestas.
Y los chicos más expuestos a porno violento 3 veces más probabilidades de perpetrar violencia sexual que los chicos menos expuestos.
En las chicas la exposición al porno apenas tenía efecto en que recibieran más violencia. Pero los chicos que más consumían reportaban ser víctimas de violencia física y sexual en mayor medida que los chicos que consumían menos.
Estos resultados no indican causalidad. Hace falta más y mejor investigación con la adolescencia.
Educación sexual
Y sobre todo hace falta educación sexual de calidad. De forma que la pornografía con la que se topen (o busquen de forma activa) no cumpla esa función educacional.
¿Y qué podría aprenderse?
A relacionarse desde el consenso, a quererse bien, tener una sexualidad saludable, a explorar los gustos propios y preguntar por los ajenos, a expandir la sexualidad (más allá de la genitalidad, el coitocentrismo y orgasmocentrismo), a analizar de forma crítica los contenidos pornográficos mainstream, etc.
Pornografía e imagen corporal
Según un metaanálisis reciente titulado: «Pornografía e imagen corporal: una relación compleja«, no sería posible confirmar una relación causal. Hay resultados contradictorios y seguramente la relación está mediada por otras variables intermedias.
Vaya, ¿esto te suena de algo? Exploramos algunos de los estudios que citan:
En grupos de debate sí opinan que la pornografía promueve unos estándares corporales difícilmente alcanzables de manera natural por una persona promedio.
En otro estudio entrevistan a hombres que iban a someterse a una operación de aumento de pene. Aún conociendo los trucos del porno y que los actores tienen un pene mayor que la media, reconocían que la pornografía sí había influido en su decisión de operarse. En este caso hubiera sido interesante haber analizado el vínculo entre masculinidad y tamaño de pene.
¿Y por curiosidad, cuáles son algunos de esos trucos del porno para que el pene parezca mayor?
La depilación, el ángulo y tipo de objetivo de la cámara, que las actrices tengan cuerpo y/o manos pequeñas para que el contraste sea mayor, maquillaje, etc.
También hubiera estado bien saber si los hombres que recurrían a la operación habían visto otros penes erectos en la vida real, más allá del porno. Y así haber podido hacer una comparativa más realista.
Aquí puedes ver un vídeo corto educativo que analiza otras diferencias entre porno y “realidad”.
Medios y sexualización de las mujeres
En otro metaanálisis famoso, analizaron los estudios que se han hecho sobre el posible impacto que tiene la sexualización de los cuerpos de las mujeres en los medios (estudios entre 1995 y 2015).
Y sí que encuentran asociación entre la exposición diaria y una mayor insatisfacción con el propio cuerpo, mayor auto-cosificación, mayor tolerancia a la violencia sexual hacia las mujeres.
La clave aquí, es que analizaron los efectos de la sexualización existente en los medios de comunicación, no en el porno en concreto. Revistas, series, películas, programas de televisión, anuncios o redes sociales.
Y quizá, (y esto lo digo yo) la exposición a estos medios convencionales tenga más impacto que la pornografía. Porque el tiempo de consumo de estos otros medios es mucho mayor.
Pornografía y relaciones de pareja
En un estudio bastante extenso 100.000 personas en pareja, y longitudinal (duró 3 años, con una medida al año) concluyeron lo siguiente: Había diferencias entre mujeres y hombres.
Entre los hombres, un consumo alto de porno en la primera medida, o un aumento de su consumo entre la 1ª y 3ª medida, se asociaba con: menor percepción de competencia sexual y menor satisfacción sexual reportada por la pareja (ya fuera homosexual o heterosexual).
En cambio, para las mujeres, un mayor consumo de porno se asociaba a todo lo contrario: mayor percepción de competencia sexual y mayor satisfacción sexual reportada por la pareja (sobre todo en parejas heterosexuales).
Estos resultados dan pie a la siguiente ironía apuntada en el propio artículo:
El porno, que tiende a cosificar a las mujeres y está destinado al disfrute de los hombres, acaba produciendo efectos negativos en ellos y positivos en ellas (al menos en algún aspecto).
Pero yo creo que pueden estar pasando muchas cosas. Puede ser que el aumento de consumo de porno sea anterior al deterioro de la relación. O puede suceder a la inversa.
Por ejemplo (y esta hipótesis la planteo yo, no aparece en el estudio): Pueden aparecer problemas en relación de pareja que si se prolongan pueden derivar en menos y peores encuentros sexuales.
Y ante ello, quizá algunos hombres recurren a consumir más porno y masturbarse.
Y es que el porno nunca te dice no, mientras que puede ser muy doloroso que tu pareja te rechace. Según con qué frecuencia se masturben puede que el deseo sexual hacia su pareja se reduzca, etc…
Vamos, que se trata de un estudio correlacional, no explica las causas y la hipótesis que he planteado podría también tener cabida.
En otro estudio más pequeño, también encontraron diferencias entre sexo, según quién consumía porno. Lo realizaron con 600 parejas heterosexuales. El uso de pornografía por parte de los hombres se asoció con una menor calidad sexual tanto para ellas como para ellos. Y el empleo de pornografía por parte de las mujeres se asoció con mayor calidad sexual solo para ellas.
Conclusiones
Para terminar, me gustaría recordar una palabras de Alan McKee, reescritas por mí:
Tras 50 años de investigación, miles y miles estudios y muchísimo dinero invertido, a día de hoy sabemos muy poco sobre los efectos de la pornografía. Y es que mucha de esa investigación es incompleta, contradictoria o sesgada.
En parte, porque habría que comenzar por definir qué se entiende por salud sexual. No hay ni siquiera una definición consensuada sobre lo que es la pornografía, o distinciones entre pornografía “mala” o “ética-igualitaria”.
Un ejemplo de las contradicciones puede apreciarse en la violencia: Un estudio puede encontrar efectos perniciosos de la pornografía en la violencia contra las mujeres.
Y otro, hacer hincapié en un efecto positivo en la liberación sexual de las mujeres o que muestre que la pornografía puede ser un espacio positivo para personas sexualmente diversas o donde explorar tu identidad.
Y es que, como ya he mencionado, hay muchos tipos de pornografía existente, sin menoscabar que no todos son igual de accesibles. Y que la mainstream y gratuita tiene las características que indicaba al principio del episodio.
Para mostrar lo dicho, Alan Mckee también lanza algunas preguntas como:
¿Las personas que consumen más porno, tienen más o menos relaciones sexuales consentidas?
Y la respuesta es: No lo sabemos. En parte porque mucha investigación incluye el BDSM como violencia, independientemente de que la práctica sea consensuada o no. BDSM, incluye: Bondage, ataduras, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo.
¿Las personas que consumen porno tienen una vida sexual mayor o menor? (Redoble de tambor) pues tampoco lo sabemos. En parte porque la mayoría de los estudios se centran en relaciones de pareja monógamas y analizan más la estabilidad que el placer sexual.
Lo dicho, la pornografía mainstream está incluida dentro de todo un sistema mediático donde la sexualización y cosificación de las mujeres es mucho mayor a la de los hombres.
¿Otro tipo de pornografía más igualitaria es posible? ¿Tendría efectos positivos en la sociedad? Espero que no pasen otros 50 años sin tener respuesta a estas cuestiones.
La mala prensa
Y para terminar, ¡cuidado con muchos titulares sensacionalistas de periódico que confunden correlación, con causalidad!. Un ejemplo reciente: Titular en la cadena ser, “Las mujeres que ven porno tienen más probabilidad de sufrir violencia sexual«.
¿Dice eso el estudio? No, entre otras cosas porque es un estudio correlacional y por tanto solo indica una asociación entre dos cosas, no pudiendo saber si una es la causa de la otra o viceversa, u existen otras causas.
Lo que dice es que ve cierta asociación entre consumir más porno y reportar haber sufrido más violencias sexuales. No se sabe si haber sufrido más violencias sexuales es la causa por la que se ve más porno. No se sabe si ver más porno es la causa por la que reporten haber sufrido más violencias.
Y aunque supiéramos que realmente el porno fuera la causa, podría haber distintas explicaciones: por ejemplo, podría ser que al ver más porno, naturalicen más la violencia y eso las haga más vulnerables a sufrir más violencia sexual.
Podría ser que ver más porno las hace más conscientes de las violencias sexuales, y por eso sean más capaces de detectarlas y reportarlas cuando las sufren.
Explicaciones que irían en direcciones opuestas. Son hipótesis que habría que contrastar. Este estudio no nos dice nada al respecto.
Espero que este pequeño análisis sea de ayuda para leer de manera crítica lo que la prensa dice sobre estudios científicos.
En mi caso, mi marido despues de 16 años de casados, despues de haber tenido mis ultimas hijas, a los 34 años de edad y una dia, que son mellizas, en 1986, en algo que me dijo una vez, me hizo sentir que en vez de bebes, tuve elefantes. Despues que ellas nacieroan, de a poco, empezo a perder el interes en tener sexo «conmigo», hasta que despues de unos años empezo, segun el, con disfuncion erectil, y ni bien pudo, a fines de los años 90, ya teniendo computadores a su dispocision, se dedico a la pornografia, a escondidas, dejandome de lado, hasta que lo descubri, y se armo la de San Quintin. No se como se las arreglo los años anteriores… la verdad que no se. Y despues de varias y determinadas conversaciones, peleas, y promesas vanas, etc. se paso asi durante mas de los 20 años siguientes, hasta llego un momento que se dio por vencido, cuando se enfermo (con problemas cardiacos y despues, diabetes, y mas tarde, enfermedades renales). Por mi parte la pase muy mal y feo, una decepcion absoluta, me senti traicinado, peor que si hubiese tenido otra mujer. Y cosa rara, cuando antes el se burlaba de los hombres que se masturbaban, y al hacerlo a escondidas como un adolescente, a los 50 años de edad, me revelaba problemas mentales grandes, lo cual negaba y niega hasta ahora. Hasta que me cure de espanto, con problemas financieros, y envejeciendo, al diablo todo. Aunque es lindo, se puede vivir sin sexo. Me interesa mas el amor, aunque en este mundo no muchos saben amar de verdad, puramente, incondicionalmente!
Por lo tanto, en humanos con menos asimetria cerebral, con desbalance cerebral, maraña de neuronas, y encima, mentes entreveradas con ideas, creencias y tabues; mentes inmaduras; humanos de pocas luces; gente que no sabe amar;humanos super egoistas, la pornografia destruye gente, parejas y familias enteras.
Muchas gracias por tu detallado testimonio Myriam. La verdad es que todavía falta mucho por estudiar en este ámbito tan complejo. En algunos estudios sí se ve una relación entre el aumento del consumo de pornografía y el deterioro de las relaciones de pareja. Pero en esos casos pueden estar ocurriendo 3 cosas: 1) Que el consumo de pornografía sea la causa del posterior deterioro de la pareja. 2) Que el deterioro de la relación de pareja sea la causa del posterior aumento en el consumo de pornografía. 3) Que ambos cambios se deban a alguna otra causa que no estemos contemplando. Y hasta yo llego, no tenemos respuesta de momento. (Que conste que en ningún momento me estoy refiriendo a tu caso concreto.) !Un saludo y gracias por comentar!