
La pornografía se ha integrado profundamente en nuestra cultura digital, pero ¿comprendemos realmente cómo afecta nuestras relaciones y comportamiento sexual? Este análisis exhaustivo examina la evidencia científica para ofrecerte una perspectiva equilibrada que va más allá de titulares alarmistas.
Episodio 15 del podcast Psiconsejos vendo, titulado «Efectos de la pornografía en tu comportamiento«
RESUMEN ejecutivo
¿Qué sabemos realmente sobre cómo nos afecta el consumo de pornografía?
Este análisis exhaustivo examina décadas de investigación científica sobre los efectos del consumo de material pornográfico. Basado en metaanálisis y estudios recientes, ofrece una perspectiva equilibrada que va más allá de los titulares sensacionalistas.
Hallazgos clave:
- No existe relación directa entre el consumo de pornografía no violenta y las agresiones sexuales.
- El impacto de la pornografía violenta muestra una relación débil e inconclusa con comportamientos agresivos.
- Los efectos varían significativamente según factores como creencias previas, percepción de realismo y frecuencia de consumo.
- Existen marcadas diferencias de género: los hombres tienden a consumir desde edades más tempranas y buscar contenido más agresivo.
- En relaciones de pareja, el consumo masculino se asocia con menor satisfacción sexual, mientras que el femenino puede relacionarse con mayor satisfacción.
- La exposición temprana en adolescentes (promedio 12 años) genera preocupación, especialmente cuando cumple una función educativa distorsionada.
Implicaciones importantes:
La pornografía mainstream forma parte de un sistema mediático más amplio donde prevalece la cosificación femenina. La educación sexual integral, el consumo crítico y consciente, y el desarrollo de alternativas más éticas e igualitarias son claves para mitigar posibles efectos negativos.
Este análisis te ayudará a comprender un fenómeno complejo que afecta nuestras relaciones, percepciones y comportamientos sexuales en la era digital.
Introducción
Durante los últimos 50 años se han llevado a cabo numerosos estudios sobre los posibles efectos de la pornografía: en la salud mental, las agresiones sexuales, las relaciones románticas, la violencia de género, actitudes/creencias sexistas, la autoestima e imagen corporal, etc.
Este episodio analiza los últimos metaanálisis sobre los efectos de la pornografía en diferentes aspectos:
- Salud mental y conductas sexuales.
- Agresiones sexuales y violencia de género.
- Relaciones románticas y satisfacción sexual.
- Autoestima e imagen corporal.
Nos centraremos únicamente en los efectos en las personas que consumen material pornográfico, sin abordar las violencias que pueden sufrir las profesionales de esta industria ni el fenómeno de la porno-venganza.
Tampoco abordaré el tema de la adicción a la pornografía, ni los efectos del consumo compulsivo de la misma en los hombres.
¿Correlación o causalidad? Un punto clave
Muchos estudios sobre pornografía son correlacionales, es decir, muestran que dos factores están relacionados, pero no prueban que uno sea la causa de otro. Por ejemplo, que el consumo de pornografía se asocie con menor satisfacción en pareja no significa que la pornografía sea la causa, podría ser al revés o haber otros factores involucrados. Para probar que existe causalidad, se necesitan experimentos controlados, que son escasos en este área.
¿Cómo es el CONSUMO de pornografía?
¿Qué entendemos por pornografía?

Una definición consensuada sería: material sexualmente explícito que tiene la intención de excitar.
Existe una gran diversidad de contenidos sexuales (étnicos, orientaciones sexuales, diversidad de cuerpos, profesional, amateur, ético, feminista, etc.), aunque la mayoría de estudios se centran en la pornografía «mainstream»:
- Heterosexual.
- Dirigida principalmente al disfrute de los hombres.
DIFERENCIAS en el consumo entre hombres y mujeres
Según un análisis de 2021:
Mujeres:
- Tienden a consumir más tarde (juventud y adultez)
- Se fijan más en caricias y besos
- Suelen consumir para mantener relaciones sexuales con su pareja
Hombres:
- Tienden a consumir más temprano (adolescencia)
- Buscan material más agresivo
- Consumen principalmente para masturbarse
MOTIVACIONES para el consumo
Se clasifican en cuatro categorías principales:
- Estimulación sexual: excitarse para masturbarse o tener relaciones
- Mejorar el rendimiento sexual (aprender técnicas o posturas para mejorar el repertorio sexual)
- Motivos sociales (ej: ver pornografía juntos con amigos)
- Falta de habilidades relacionales o emocionales (soledad, aburrimiento)
Este último caso está impulsado por la evitación de emociones desagradables (ansiedad, tristeza) o la búsqueda de estimulación. Esto podría relacionarse con la adicción al consumo pornográfico o su visionado dentro del horario laboral.
Principales motivos en el caso de las MUJERES
Algunas mujeres utilizan la pornografía como ayuda visual mientras se masturban o autoerotizan. Otras lo hacen para aprender técnicas sexuales. Y otras para potenciar la vida sexual con su pareja.

¿Nos excitamos con el mismo material?
En un estudio se proyectaron videos dirigidos a hombres (mainstream) y a mujeres (feminista), midiendo la excitación y respuesta afectiva:
- Los hombres reportaron mayores respuestas psicosexuales en todos los videos
- Las mujeres indicaron mayor excitación y menor malestar en los videos diseñados para ellas
¿En qué se diferencia el porno feminista del mainstream?

El porno feminista se caracteriza por:
- Cuerpos más reales y naturales
- Menos violencia e iniciativa más compartida
- Relaciones sexuales más realistas
- Menor enfoque en la genitalidad y mayor en las expresiones emocionales
- Mayor diversidad de orientaciones e identidades dentro de una misma escena
Pornografía y Comportamientos sexuales AGRESIVOS
Veremos estudios vinculando el consumo de pornografía con las agresiones sexuales a mujeres.
¿Qué tipo de estudios se han realizado?
Se han realizado tres tipos de estudios:
- Correlacionales: Comparan consumo de pornografía con factores personales (actitudes sexistas, uso de la violencia en las relaciones sexuales, etc.)
- Experimentales: Exponen a participantes a distintos tipos de contenido pornográfico. A continuación rellenan cuestionarios sobre sus actitudes y comportamientos sexuales, o les ofrecen la posibilidad de realizar alguna agresión leve a otra persona (p.ej. introducir las manos en agua fría).
- Poblacionales: Analizan la evolución del consumo de pornografía total en un país y lo comparan, por ejemplo, con la evolución del número de denuncias por agresión sexual
RESULTADOS obtenidos
Un metaanálisis de 2020 (desde 1970 hasta la actualidad) indica:
- NO existe relación entre el consumo habitual de pornografía no violenta y las agresiones sexuales
- Existe una relación débil e inconclusa en el caso de la pornografía violenta.
DIFERENCIAS entre porno violento y no-violento

Aunque se trata de una distinción con cierto grado de subjetividad:
- Pornografía no violenta: Incluye relaciones sexuales vaginales, anales, sexo oral femenino o masculino, y sexo en grupo en distintas proporciones.
- Pornografía violenta: Comprende escenas de violación donde uno o varios hombres fuerzan a una mujer a tener relaciones sexuales mientras ella se resiste inicialmente (independientemente de si al final se representa que disfruta). También incluye golpes, asfixia, atragantamiento durante sexo oral y eyaculación en el rostro.
ANÁLISIS de los Resultados de la Investigación
Los estudios indican que existe poca correlación entre la frecuencia de consumo de pornografía violenta y un aumento del comportamiento violento a nivel sexual.
La evidencia científica muestra resultados variados: algunos estudios sí encuentran una mayor relación, mientras que otros no detectan ninguna o incluso sugieren una relación inversa (donde un mayor consumo podría actuar como factor protector frente a agresiones sexuales).
En general, se necesitan estudios más rigurosos que analicen qué otras variables interactúan entre el consumo de pornografía y las conductas sexualmente agresivas. Veremos más adelante alguno de ellos.
Estudios Poblacionales
Los análisis a nivel poblacional, aunque con excepciones, sugieren que una mayor disponibilidad de pornografía (sin distinguir entre violenta o no violenta) está asociada con una reducción de las agresiones sexuales reportadas.
Es importante destacar que se trata de estudios correlacionales, lo que significa que no establecen que la reducción sea causada directamente por un mayor consumo de pornografía. Sin embargo, estos resultados no respaldan la hipótesis de que a mayor consumo corresponda un mayor número de agresiones sexuales.
¿Te sorprenden estos resultados?
¿Significan estos hallazgos que la pornografía no promueve la violencia contra las mujeres?
Este metaanálisis no desmiente que en la pornografía mainstream se cosifique a las mujeres como meros objetos para dar placer a los hombres, ni que muchas prácticas representadas sean violentas y/o degradantes. Tampoco niega la realidad de las violencias sexuales que muchas mujeres sufren cotidianamente.
Por ejemplo, según un estudio de la BBC, una de cada tres mujeres en el Reino Unido ha experimentado violencia durante relaciones sexuales inicialmente consentidas. Aunque la relación sexual estaba acordada, el uso de violencia (como nalgadas, asfixia, escupitajos o atragantamiento forzado durante la felación) se producía sin consentimiento previo y no era deseado por ellas.
Lo que sí concluye el metaanálisis es que:
- No existe un vínculo directo entre el consumo de pornografía no violenta y la perpetración de agresiones sexuales
- Existe un vínculo débil en el caso de la pornografía violenta

Explicaciones Posibles
Esta aparente contradicción puede explicarse, en parte, porque:
- La legitimación de la violencia contra las mujeres está presente en múltiples espacios culturales: películas convencionales, libros, creencias sociales, programas de televisión, etc.
- Existen variables mediadoras importantes: dos hombres que consumen pornografía violenta con la misma frecuencia pueden mostrar diferencias significativas en el grado de violencia que ejercen durante su comportamiento sexual. Asimismo, algunos hombres que consumen menos pornografía violenta pueden manifestar comportamientos más agresivos que otros con un consumo mucho mayor.
VIOLENCIA en el porno mainstream
Un estudio analizó más de 4000 escenas pornográficas provenientes de portales web que ofrecían contenidos gratuitos:
- 35-45% incluían al menos un acto de violencia física
- En el 97% de los casos las mujeres eran las receptoras de dicha violencia
- En el 76% de los casos un hombre era el perpetrador
Variables Mediadoras entre Pornografía y Violencia
Un estudio titulado «¿Se relaciona el consumo de pornografía con la violencia hacia la pareja?» examinó a 382 hombres heterosexuales que habían mantenido relaciones de pareja durante el último año. La investigación evaluó:
- Tipo y frecuencia de pornografía consumida
- Uso de violencia en la resolución de conflictos de pareja (física, psicológica, coacción sexual y negociación)
- Creencias neosexistas, mediante afirmaciones como: «Las demandas de las mujeres en términos de igualdad entre los sexos son simplemente exageradas«
- Visión de las mujeres como objetos sexuales, con planteamientos del tipo: «De manera inconsciente las mujeres siempre quieren ser persuadidas para tener relaciones sexuales«
- Creencias sobre mitos de la violación, evaluadas con afirmaciones como: «Ser agredida es sexualmente estimulante para muchas mujeres» o «Una mujer que va a casa o apartamento de un hombre en la primera cita insinúa que está dispuesta a tener relaciones sexuales«
Resultados Diferenciados según Creencias Previas
Los resultados revelaron un patrón significativo: el consumo de pornografía violenta se asoció positivamente con la perpetración de agresiones hacia la pareja, pero únicamente en hombres con puntuaciones altas en justificación de la violencia, creencias en mitos sobre la violación, actitudes neosexistas y percepción de la mujer como objeto sexual.
En contraste, entre los hombres con puntuaciones más bajas en estas creencias, la relación resultó ser negativa; es decir, a mayor consumo de pornografía, se registraron menos agresiones cometidas. Es importante destacar que estos son estudios correlacionales, por lo que no establecen que el consumo de pornografía sea la causa o un factor protector de las agresiones en la pareja.

Impacto Diferenciado del Consumo
Estos hallazgos sugieren que el consumo de pornografía violenta no afecta a todos los hombres por igual. Su influencia varía significativamente según el individuo:
- Para algunos hombres, el consumo podría no tener efecto aparente
- Para otros, el efecto podría ser agravante, aumentando los comportamientos agresivos al normalizar el uso de la violencia
- Para un tercer grupo, podría funcionar incluso como factor protector, reduciendo los comportamientos agresivos
La PERCEPCIÓN DE REALISMO como Variable Clave

Además de las actitudes sexistas preexistentes, otra variable mediadora crucial es la percepción de realismo. Un estudio con estudiantes universitarios en Alemania encontró que esta percepción era un predictor significativo de coerción sexual (obligar a otra persona a tener relaciones sexuales) y de comportamientos sexuales de riesgo.
¿Cómo medían la percepción de realismo?
La percepción de realismo se evaluó mediante una escala de 5 valores (desde «totalmente en desacuerdo» hasta «totalmente de acuerdo») frente a afirmaciones como:
- «La forma en que se presenta la sexualidad en la pornografía es bastante realista«
- «Viendo vídeos sexuales aprendes cómo comportarte en situaciones sexuales«
- «La pornografía ofrece información valiosa sobre el sexo«
Según la teoría de aprendizaje social de Bandura, es más probable que los comportamientos observados se transfieran al comportamiento propio cuando se percibe lo observado como realista.
Otros estudios con universitarios revelaron que, aunque a muchos les gustaba ver pornografía con prácticas sexuales no habituales, en realidad no deseaban trasladar esas conductas a su vida real. Esto sugiere que para algunos hombres, la pornografía puede funcionar como un espacio de fantasía sexual claramente separado de la realidad.
La Percepción de Realismo como Mejor Predictor
Una investigación adicional exploró la relación entre el uso de pornografía y el nivel de sexismo en hombres heterosexuales. Sorprendentemente, ni el nivel general de consumo de pornografía ni el de pornografía violenta y/o degradante predijeron el nivel de sexismo.
Sin embargo, la percepción de realismo sí demostró ser un predictor mucho más fiable de las actitudes sexistas, reforzando la importancia de esta variable mediadora en la comprensión de los efectos de la pornografía en el comportamiento.
Porno y PROSTITUCIÓN
Para terminar con el apartado de violencia en adultos, no he podido encontrar estudios que investiguen específicamente la relación entre el consumo de pornografía y el de prostitución—es decir, si un mayor consumo de contenido pornográfico se asocia o no con un mayor uso de servicios sexuales. Si conoces alguna investigación al respecto, te agradecería que la compartieras en los comentarios de mi web.
Sin embargo, sí he encontrado un estudio de 2003 que entrevistó a casi 900 mujeres en situación de prostitución. Casi la mitad de ellas reportaba preocupación por clientes que deseaban que reprodujeran actos que habían visto en contenido pornográfico.
Adicionalmente, una encuesta realizada a adolescentes en 2019 reveló que el 47% de los chicos había recibido anuncios con ofertas sexuales después de navegar por sitios pornográficos, lo que sugiere una conexión comercial entre ambas industrias, pues la existencia de publicidad indica la presencia de un negocio subyacente.
Pornografía y ADOLESCENCIA
DATOS sobre su consumo
Según el informe de Save the Children de 2020, con 1.750 participantes entre 13-17 años, los adolescentes tuvieron una exposición temprana a contenido pornográfico. Indican que fvieron pornografía por primera vez a los 12 años de media, y 7 de cada 10 había consumido contenido pornográfico en el último mes.
DIFERENCIAS entre chicas y chicos

Ellas suelen ver pornografía una vez a la semana o al mes, mientras que ellos tienden a verlo a diario.
Para las chicas, el primer contacto suele ser más accidental: les aparece mientras navegan por internet o lo reciben de otra persona (a veces desconocida). Los chicos, por su parte, suelen buscar de forma activa ese primer acceso a contenido pornográfico.
Ellos manifiestan que lo consumen principalmente por placer, mientras que ellas, en mayor medida, lo hacen para aprender qué se espera de ellas en las relaciones sexuales.
La inmensa mayoría, tanto chicas como chicos, sí detecta violencia y relaciones desiguales en la pornografía. Sin embargo, esta percepción está mediada en parte por la frecuencia de consumo.
Entre quienes la consumen con mayor frecuencia (chicos en su mayoría), el 38% no encuentra en ella desigualdad y el 37% no percibe diferencias entre el porno y el sexo «real». Entre quienes consumen menos, estos porcentajes son menores.
Por otra parte, el 60% de las y los adolescentes prefiere pornografía en la que la relación se da en igualdad. Sin embargo, quienes más consumen muestran preferencia por escenas con jerarquías de poder explícitas.
EFECTOS del consumo
A partir de los datos anteriores, podríamos deducir que en adolescentes, un mayor consumo está relacionado con avalar relaciones sexuales más desiguales. En parte, esto puede deberse a esa percepción de realismo mencionada anteriormente.
Si se consume pornografía sin haber tenido experiencias sexuales previas, puede ser más probable percibir la pornografía como algo real (aunque esto no está demostrado por ningún estudio). Y al percibirla como algo real, su consumo frecuente podría naturalizar o insensibilizar respecto a las violencias allí contenidas.
VIOLENCIA en las relaciones
En un estudio con 1.700 adolescentes de 15-16 años que habían tenido relaciones sexo-afectivas durante el último año, analizaron la relación entre el consumo de pornografía y la violencia en sus relaciones.
Diferenciaron tres tipos de violencia: física, sexual y de amenaza/extorsión, y valoraron cómo les afectaba a la hora de ser víctimas o perpetradores de dichas violencias.
Los resultados muestran una relación mediada por el sexo:
- Las adolescentes más expuestas a pornografía violenta perpetraban violencia física o de amenaza 1,5 veces más que las adolescentes menos expuestas.
- Los hombres jóvenes más expuestos a pornografía violenta tenían 3 veces más probabilidades de perpetrar violencia sexual que los chicos menos expuestos.
En las chicas, la exposición a la pornografía apenas tenía efecto en que recibieran más violencia. Sin embargo, los chicos que más consumían reportaban ser víctimas de violencia física y sexual en mayor medida que los chicos que consumían menos.
Estos resultados no indican causalidad. Se necesita más y mejor investigación con la adolescencia.

EDUCACIÓN sexual
Sobre todo, hace falta educación sexual de calidad para que la pornografía con la que se encuentren los adolescentes (o busquen de forma activa) no cumpla esa función educacional.
¿Y qué podría aprenderse con una educación sexual adecuada?
A relacionarse desde el consenso, a quererse bien, tener una sexualidad saludable, explorar los gustos propios y preguntar por los ajenos, expandir la sexualidad (más allá de la genitalidad, el coitocentrismo y orgasmocentrismo), analizar de forma crítica los contenidos pornográficos mainstream, etc.
Pornografía e IMAGEN CORPORAL
Según un metaanálisis reciente titulado «Pornografía e imagen corporal: una relación compleja«, no sería posible confirmar una relación causal. Hay resultados contradictorios y seguramente la relación está mediada por otras variables intermedias.
tc.

Algunos estudios mencionados señalan:
- En grupos de debate, los participantes opinan que la pornografía promueve estándares corporales difícilmente alcanzables de manera natural por una persona promedio.
- En otro estudio, entrevistaron a hombres que iban a someterse a una operación de aumento de pene. Aun conociendo los trucos del porno y que los actores tienen un pene mayor que la media, reconocían que la pornografía había influido en su decisión de operarse.
Entre los trucos del porno para que el pene parezca mayor están la depilación, el ángulo y tipo de objetivo de la cámara, que las actrices tengan cuerpo y/o manos pequeñas para que el contraste sea mayor, maquillaje, e
También hubiera estado bien saber si los hombres que recurrían a la operación habían visto otros penes erectos en la vida real, más allá del porno. Y así haber podido hacer una comparativa más realista.
MEDIOS y sexualización de las mujeres
En otro metaanálisis, analizaron los estudios realizados sobre el posible impacto que tiene la sexualización de los cuerpos de las mujeres en los medios (estudios entre 1995 y 2015).
Encontraron asociación entre la exposición diaria y una mayor insatisfacción con el propio cuerpo, mayor auto-cosificación, y mayor tolerancia a la violencia sexual hacia las mujeres.
La clave aquí es que analizaron los efectos de la sexualización existente en los medios de comunicación convencionales (revistas, series, películas, programas de televisión, anuncios o redes sociales), no en la pornografía específicamente.
Quizá la exposición a estos medios convencionales tenga más impacto que la pornografía, porque el tiempo de consumo de estos otros medios es mucho mayor.
Pornografía y RELACIONES DE PAREJA
El porno, que tiende a cosificar a las mujeres y está destinado al disfrute de los hombres, acaba produciendo efectos negativos en ellos y positivos en ellas
En un estudio bastante extenso con 100.000 personas en pareja, y longitudinal (duró 3 años, con una medida al año), concluyeron lo siguiente:
Había diferencias significativas entre mujeres y hombres:
Entre los hombres, un consumo alto de pornografía en la primera medida, o un aumento de su consumo habitual entre la 1ª y 3ª medida, se asociaba con:
- Menor percepción de competencia sexual.
- Menor satisfacción sexual reportada por la pareja (ya fuera homosexual o heterosexual)
En cambio, para las mujeres, un mayor consumo de pornografía se asociaba a todo lo contrario:
- Mayor percepción de competencia sexual.
- Mayor satisfacción sexual reportada por la pareja (sobre todo en parejas heterosexuales)
Estos resultados dan pie a la siguiente ironía apuntada en el propio artículo: El porno, que tiende a cosificar a las mujeres y está destinado al disfrute de los hombres, acaba produciendo efectos nocivos en ellos y positivos en ellas (al menos en algún aspecto).
Sin embargo, pueden estar ocurriendo diversos fenómenos. Por ejemplo, es posible que el aumento de consumo de pornografía sea anterior al deterioro de la relación. O puede suceder a la inversa.
Una hipótesis alternativa (que planteo yo, no aparece en el estudio) es que pueden aparecer problemas en la relación de pareja que, si se prolongan, pueden derivar en menos y peores encuentros sexuales.
Ante ello, quizá algunos hombres recurren a consumir más pornografía y masturbarse. Y es que el porno nunca te dice «no», mientras que puede ser muy doloroso que tu pareja te rechace. Según con qué frecuencia se masturben, puede que el deseo sexual hacia su pareja se reduzca, etc.

Es importante recordar que se trata de un estudio correlacional, no explica las causas, y la hipótesis que he planteado podría también tener cabida.
En otro estudio más pequeño, también encontraron diferencias según el género de quien consumía pornografía. Lo realizaron con 600 parejas heterosexuales. El uso de pornografía por parte de los hombres se asoció con una menor calidad sexual tanto para ellas como para ellos. Y el empleo de pornografía por parte de las mujeres se asoció con mayor calidad sexual solo para ellas.
Resumen de PROS Y CONTRAS del consumo de pornografía
En la siguiente tabla se recogen algunos pros y contras en base a los temas tratados en este artículo. Son comentarios generales, teniendo en cuenta que los efectos dependen de:
- Tipo de pornografía (violenta vs igualitaria)
- Frecuencia y motivo de su consumo
- Características de la persona que la visualiza (edad, experiencia sexual, actitudes previas, percepción de realismo, etc)
PROS (Posibles Beneficios) | CONTRAS (posibles riesgos o impactos negativos) |
---|---|
Puede servir como herramienta de exploración y aprendizaje sexual. | Puede distorsionar la percepción de las relaciones sexuales, especialmente en jóvenes sin experiencia. |
Puede mejorar la satisfacción sexual en algunas mujeres. | En hombres, su consumo excesivo se ha relacionado con menor satisfacción sexual en pareja. |
Para algunos hombres, el consumo puede ser una forma de exploración sin consecuencias reales | La exposición frecuente a porno violento se asocia con mayor probabilidad de conductas agresivas en hombres con actitudes sexistas previas |
Puede ayudar a explorar la identidad sexual. | Puede usarse como mecanismo de evasión en personas con baja autoestima. |
Puede mejorar la comunicación en parejas que consumen juntas. | El consumo frecuente se ha relacionado con problemas de intimidad y confianza en parejas heterosexuales. |
Conclusiones
Para terminar, me gustaría recordar unas palabras de Alan McKee, reescritas por mí:
Tras 50 años de investigación, miles y miles de estudios y muchísimo dinero invertido, a día de hoy sabemos muy poco sobre los efectos de la pornografía. y es que mucha de esa investigación es incompleta, contradictoria o sesgada.
En parte, porque habría que comenzar por definir qué se entiende por salud sexual. no hay ni siquiera una definición consensuada sobre lo que es la pornografía, o distinciones entre pornografía «mala» o «ética-igualitaria».
Un ejemplo de las contradicciones puede apreciarse en la violencia: un estudio puede encontrar efectos perniciosos de la pornografía en la violencia contra las mujeres.
Y otro, hacer hincapié en un efecto positivo en la liberación sexual de las mujeres o que muestre que la pornografía puede ser un espacio positivo para personas sexualmente diversas o donde explorar tu identidad.
Y es que, como ya he mencionado, hay muchos tipos de pornografía existente, sin menoscabar que no todos son igual de accesibles. y que la mainstream y gratuita tiene las características que indicaba al principio del episodio.

Preguntas para INVESTIGAR
Para mostrar lo dicho, Alan McKee también lanza algunas preguntas como:
¿Las personas que consumen más porno, tienen más o menos relaciones sexuales consentidas?
Y la respuesta es: no lo sabemos. en parte porque mucha investigación incluye el BDSM como violencia, independientemente de que la práctica sea consensuada o no. BDSM, incluye: Bondage, ataduras, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo.
¿Las personas que consumen porno tienen una vida sexual mayor o menor? (Redoble de tambor) pues tampoco lo sabemos. en parte porque la mayoría de los estudios se centran en relaciones de pareja monógamas y analizan más la estabilidad que el placer sexual.
Lo dicho, la pornografía mainstream está incluida dentro de todo un sistema mediático donde la sexualización y cosificación de las mujeres es mucho mayor a la de los hombres.
¿Otro tipo de pornografía más igualitaria es posible? ¿Tendría efectos positivos en la sociedad? Espero que no pasen otros 50 años sin tener respuesta a estas cuestiones.
Interpretación ERRÓNEA de estudios en los medios de comunicación
Y para terminar, ¡cuidado con muchos titulares sensacionalistas de periódico que confunden correlación con causalidad! Un ejemplo reciente: Titular en la cadena SER, «Las mujeres que ven porno tienen más probabilidad de sufrir violencia sexual«.
¿Dice eso el estudio? No,, entre otras cosas porque es un estudio correlacional y por tanto solo indica una asociación entre dos cosas, no pudiendo saber si una es la causa de la otra o viceversa, o si existen otras causas.
Lo que dice es que ve cierta asociación entre consumir más porno y reportar haber sufrido más violencias sexuales. No se sabe si haber sufrido más violencias sexuales es la causa por la que se ve más porno. No se sabe si ver más porno es la causa por la que reporten haber sufrido más violencias.
Y aunque supiéramos que realmente el porno fuera la causa, podría haber distintas explicaciones: por ejemplo, podría ser que al ver más porno, naturalicen más la violencia y eso las haga más vulnerables a sufrir más violencia sexual.
Podría ser que ver más porno las hace más conscientes de las violencias sexuales, y por eso sean más capaces de detectarlas y reportarlas cuando las sufren.
Explicaciones que irían en direcciones opuestas. Son hipótesis que habría que contrastar. Este estudio no nos dice nada al respecto.
Espero que este pequeño análisis sea de ayuda para leer de manera crítica lo que la prensa dice sobre estudios científicos.
En mi caso, mi marido despues de 16 años de casados, despues de haber tenido mis ultimas hijas, a los 34 años de edad y una dia, que son mellizas, en 1986, en algo que me dijo una vez, me hizo sentir que en vez de bebes, tuve elefantes. Despues que ellas nacieroan, de a poco, empezo a perder el interes en tener sexo «conmigo», hasta que despues de unos años empezo, segun el, con disfuncion erectil, y ni bien pudo, a fines de los años 90, ya teniendo computadores a su dispocision, se dedico a la pornografia, a escondidas, dejandome de lado, hasta que lo descubri, y se armo la de San Quintin. No se como se las arreglo los años anteriores… la verdad que no se. Y despues de varias y determinadas conversaciones, peleas, y promesas vanas, etc. se paso asi durante mas de los 20 años siguientes, hasta llego un momento que se dio por vencido, cuando se enfermo (con problemas cardiacos y despues, diabetes, y mas tarde, enfermedades renales). Por mi parte la pase muy mal y feo, una decepcion absoluta, me senti traicinado, peor que si hubiese tenido otra mujer. Y cosa rara, cuando antes el se burlaba de los hombres que se masturbaban, y al hacerlo a escondidas como un adolescente, a los 50 años de edad, me revelaba problemas mentales grandes, lo cual negaba y niega hasta ahora. Hasta que me cure de espanto, con problemas financieros, y envejeciendo, al diablo todo. Aunque es lindo, se puede vivir sin sexo. Me interesa mas el amor, aunque en este mundo no muchos saben amar de verdad, puramente, incondicionalmente!
Por lo tanto, en humanos con menos asimetria cerebral, con desbalance cerebral, maraña de neuronas, y encima, mentes entreveradas con ideas, creencias y tabues; mentes inmaduras; humanos de pocas luces; gente que no sabe amar;humanos super egoistas, la pornografia destruye gente, parejas y familias enteras.
Muchas gracias por tu detallado testimonio Myriam. La verdad es que todavía falta mucho por estudiar en este ámbito tan complejo. En algunos estudios sí se ve una relación entre el aumento del consumo de pornografía y el deterioro de las relaciones de pareja. Pero en esos casos pueden estar ocurriendo 3 cosas: 1) Que el consumo de pornografía sea la causa del posterior deterioro de la pareja. 2) Que el deterioro de la relación de pareja sea la causa del posterior aumento en el consumo de pornografía. 3) Que ambos cambios se deban a alguna otra causa que no estemos contemplando. Y hasta yo llego, no tenemos respuesta de momento. (Que conste que en ningún momento me estoy refiriendo a tu caso concreto.) !Un saludo y gracias por comentar!