Valores personales y ACT: cómo explorarlos – EP17

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Valores personales y ACT: cómo explorarlos - EP17
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¿Qué valores te guían en la vida diaria? La falta de claridad sobre nuestros valores personales puede crear desorientación y frustración. La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés) ofrece herramientas prácticas para reconectar con tus valores y construir una vida con sentido y propósito..

En este episodio del podcast Psiconsejos vendo, titulado «Valores personales y ACT: cómo explorarlos», descubrirás:

  • Qué son los valores personales y cómo se diferencian de metas u objetivos.
  • Los beneficios de vivir alineado con tus valores.
  • Ejercicios, preguntas y metáforas prácticas para explorar e identificar tus valores personales con ACT.

Postura comprometida

En la Terapia de Aceptación y Compromiso los valores personales constituyen el quinto proceso clave de la flexibilidad psicológica, como hemos explorado en episodios anteriores. Este proceso, junto con el sexto, la acción comprometida, forma lo que en ACT se denomina la postura comprometida. Esta terapia, desarrollada por Steven C. Hayes, está diseñada para aliviar el sufrimiento humano y fomentar una vida plena y significativa.

Adoptar una postura comprometida implica ser consciente de lo que realmente es importante para ti. Esto significa tener presentes tus valores en cada momento de tu vida, permitiendo que guíen tus decisiones y acciones cotidianas. Al hacerlo, logras mantener una dirección valiosa que sirve como brújula para tus elecciones.

Postura comprometida

Además, esta postura te capacita para establecer objetivos concretos y alineados con tus valores, lo que te permite avanzar hacia aquello que consideras significativo. También implica desarrollar la perseverancia necesaria para alcanzar estas metas, ajustándote cuando sea necesario y aprendiendo las habilidades requeridas para superar los obstáculos que puedan surgir en el camino.

En esencia, la postura comprometida te invita a vivir con propósito, conectando tus valores con tus acciones para construir una vida más auténtica y satisfactoria.

¿QUÉ SON los valores personales en ACT?

Identificar Valores personales ACT

Los valores personales en la Terapia ACT actúan como una brújula interna: señalan lo que realmente es importante y relevante para ti. Aunque existen valores humanos universales o principios éticos y morales, en este enfoque nos centramos en los valores individuales, únicos para cada persona.

Tus valores te ayudan a recordar:

  • Qué tipo de persona deseas ser.
  • Cómo te gustaría comportarte.
  • Cuáles son tus anhelos más profundos.
  • Qué cualidades personales quieres desarrollar.

En resumen, reflejan aquello por lo que estás dispuesto a luchar en tu finita vida.

¿Te parece un concepto demasiado abstracto o filosófico? No te preocupes. A lo largo de este artículo, iremos desglosándolo con ejercicios prácticos que te ayudarán a conectar con tus propios valores.

El COSTE de vivir desconectado de tus valores personales

Es poco común que nos preguntemos: ¿Qué tipo de persona quiero ser? o ¿Qué cosas son realmente importantes para mí?. Estas preguntas pueden resultar incómodas, sobre todo si te das cuenta de lo lejos que has estado viviendo de lo que verdaderamente valoras.

Sin embargo, evitar estas reflexiones puede tener un alto precio: el riesgo de vivir sin rumbo, avanzando por inercia y en piloto automático. Esto significa reaccionar a las circunstancias en lugar de elegir activamente cómo quieres vivir. Es hacer las cosas porque «hay que hacerlas», en lugar de porque «decido hacerlas» o «quiero hacerlas».

Esta desconexión con lo importante también tiene un impacto significativo en los problemas psicológicos. Cuando te enfocas únicamente en reducir el malestar emocional, es fácil postergar o evitar las acciones que te acercarían a lo que verdaderamente da sentido a tu vida. Así, el sufrimiento se perpetúa y el vacío aumenta.

Conectar con tus valores personales no solo te ayuda a recuperar el rumbo, sino que también te da la fuerza para construir una vida más auténtica y significativa.

vivir en piloto automático

Diferencias entre valores y OBJETIVOS

Los valores son inalcanzables

Los objetivos, en cambio, son alcanzables. Esto no significa que siempre los logremos, pero su esencia es que tienen un final: una vez cumplidos, se convierten en logros tangibles.

Por otro lado, los valores personales son inalcanzables en el sentido de que no tienen un punto final. Funcionan como una dirección, como viajar hacia el norte en un espacio infinito: siempre hay más camino por recorrer.

Los objetivos son algo alcanzable. No significa que siempre vayas a alcanzarlos, pero si lo logras son el final de la carrera, la meta. 

Los valores personales, en cambio, son inalcanzables en el sentido de que nunca hay una meta final. Sería como viajar hacia el norte en un espacio infinito… Nunca llegarás al norte.

Valor de ser amoroso

Veámoslo con algunos ejemplos:

  • Tener pareja es un objetivo: puedes alcanzarlo y tacharlo de tu lista.
  • Ser amoroso es un valor: nunca llegas al «nivel máximo» de ser amoroso. Siempre hay nuevas oportunidades para actuar según ese valor, y al dejar de hacerlo, pierdes la conexión con él.

Otro ejemplo:

  • Terminar una carrera universitaria es un objetivo.
  • Aprender con curiosidad es un valor: una forma de ser que puedes cultivar toda tu vida.

En resumen, los valores son cualidades de acción, formas de comportarnos que elegimos, momento a momento, seguir o no.

Convirtiendo objetivos en valores

Un excelente punto de partida para identificar tus valores personales es reflexionar sobre los objetivos que te propones.

Por ejemplo, imagina que tu objetivo es tener un chalet con piscina y jardín. Ahora supón que ya lo has conseguido. ¿Qué harías distinto?
Quizá pienses: “Organizaría fiestas en casa e invitaría a mis amistades.”

Entonces, pregúntate: ¿Por qué es importante para ti organizar esas fiestas e invitar a tus amistades?
Tal vez respondas: “Porque me gusta ser un buen anfitrión, cuidar de mis amistades y asegurarme de que no les falte nada.”

Aquí es donde comienza a emerger un valor: cuidar de tus relaciones y mostrar generosidad hacia quienes te rodean.

Ahora, aunque todavía no tengas ese chalet y estés viviendo con tu madre, ¿hay maneras en las que puedas expresar ese mismo valor en tu situación actual? Seguramente sí. Tal vez no puedas invitar a tus amigos a una fiesta junto a la piscina, pero podrías cuidarlos y estar presente para ellos de otras formas.

Valor de ser amoroso

Los valores siempre están disponibles

Una característica clave de los valores personales es que son cualidades globales, lo que significa que puedes vivirlos de muchas maneras diferentes en tu día a día.

Por ejemplo, si uno de tus valores es actuar con amor, no necesitas estar en una relación de pareja para ponerlo en práctica. Puedes mostrar amor hacia cualquier persona que te rodee: familiares, amigos o incluso desconocidos. Además, también puedes expresar ese amor hacia ti misma/o, cuidándote y tratándote con compasión.

Los valores son como una brújula: están siempre a tu disposición para guiar tus acciones, sin importar las circunstancias externas.

Las metas pueden no estar disponibles

En ocasiones, alcanzar una meta específica puede resultar imposible debido a las circunstancias.

Objetivo no accesible
Por causas externas

Imagina que tu objetivo era jugar en la NBA. Tras años de intenso entrenamiento, un accidente te dejó tetrapléjica. Aunque este giro de los acontecimientos impida lograr tu meta, es posible identificar los valores subyacentes, como “darlo todo por el equipo”.

Aunque no puedas jugar, aún podrías vivir ese valor de formas significativas:

  • Participando en las reuniones del equipo mediante videoconferencias.
  • Animando a tus compañeras desde la distancia.
  • Explorando otros deportes o juegos de equipo adecuados a tu nueva realidad.

Por supuesto, no será lo mismo que cumplir tu sueño inicial. Sin embargo, encontrar formas de actuar conforme a tus valores puede ayudarte a adaptarte a esta nueva situación. Como dice Fabian Maero: “Aunque no puedas elegir las circunstancias de tu vida, sí puedes elegir al servicio de qué actuar”.

Por causas internas

Ahora imagina que, durante años, tuviste problemas con el alcohol y no pudiste ejercer la paternidad como hubieras deseado. Hoy te sientes culpable por ello.

Aunque hayas descuidado este valor durante mucho tiempo, siempre puedes retomarlo. Puedes actuar ahora mismo de acuerdo con lo que es importante para ti: hacer una llamada, enviar un mensaje o visitar a tu hija.

Es posible que su respuesta no sea la que esperas. Tal vez no quiera verte o no conteste. Sin embargo, al actuar en línea con tus valores, estarás comenzando a vivir de forma congruente con aquello que te importa. Reconstruir una relación después de un largo período desaparecido puede llevar tiempo, y en algunos casos, no se logrará del todo. Aun así, lo importante es dar el primer paso.

Valores como PROCESO, objetivos como resultado

Valores como proceso

Cuando definimos el éxito únicamente en función de los resultados, es decir, el logro de objetivos específicos, corremos el riesgo de sentirnos fracasados cada vez que no los alcanzamos. Esto se debe a que, en muchas ocasiones, los resultados dependen de factores fuera de nuestro control, como en el caso del accidente de la jugadora de baloncesto mencionado anteriormente.

En cambio, cuando definimos el éxito como vivir según nuestros valores personales, el enfoque cambia: lo importante son las elecciones que hacemos y cómo decidimos comportarnos. Si esto nos lleva a buenos resultados, excelente. Pero si no, podremos sentirnos satisfechos sabiendo que hemos actuado de acuerdo con lo que consideramos importante.

Por ejemplo, si decides reconectar con tu hija y ella no responde, podrías percibirlo como un fracaso y culparla a ella («No valora mi esfuerzo») o a ti mismo («Debería haber llamado antes»). Pero también puedes elegir valorar tu propio comportamiento, aprender de la experiencia y enfocarte en lo que puedes hacer mejor en el futuro para construir una relación más cercana.

Metáfora de los 2 escaladores

Imagina a dos escaladores:

  1. El primero tiene como único objetivo alcanzar la cima lo más rápido posible. Se detiene solo para descansar lo mínimo necesario y piensa únicamente en el resultado: llegar a la meta y regresar con el menor esfuerzo posible.
  2. La segunda escaladora también quiere llegar a la cima, pero disfruta del esfuerzo y del contacto con la naturaleza. Hace pausas para contemplar el paisaje y aprecia las flores o plantas que encuentra en el camino. En el descenso, se deleita recordando los lugares que visitó y observando cómo cambian las vistas con la luz del atardecer.

Ahora imagina que, a falta de un kilómetro para la cima, una tormenta les impide continuar. ¿Qué se llevará consigo el primer escalador? ¿Y la segunda?

Este ejemplo ilustra una idea clave: aunque los resultados son importantes, conectar con el proceso garantiza una satisfacción duradera. Los resultados nunca están completamente bajo nuestro control, pero vivir el proceso nos permite encontrar significado y gratificación en cada paso del camino.

Metáfora de los 2 escaladores

Reflexión final

Una frase que resume esta dicotomía es:
«No tengo control sobre lo que la vida me depara, pero sí puedo elegir vivir según mis valores.»

Como dice Fabian Maero en su libro Croquis:
“La única forma de fracasar en una acción guiada por valores es no llevarla a cabo”.

¿PARA QUÉ sirven los valores personales?

Para qué sirven los valores

Los valores personales actúan como una brújula que te guía para identificar qué aspectos mejorar o desarrollar y te orientan al momento de tomar decisiones o diseñar un plan de acción.

Además, conectar con tus valores es una fuente poderosa de motivación, especialmente cuando actuar en línea con ellos resulta complicado.

Por ejemplo, imagina que estás agotado y tu hija se resiste a dormir. Si tratarla con amabilidad es un valor importante para ti, recordarlo antes de intentar dormirla puede ayudarte de las siguientes maneras:

Beneficios de vivir según tus valores

Actuar en sintonía con tus valores personales no solo ayuda a enfrentar los desafíos del día a día; también proporciona un profundo sentido de vitalidad y realización. Vivir según tus valores le da un propósito a tus acciones y una sensación de plenitud que refuerza la conexión con lo que realmente importa.

En resumen, tus valores no son solo ideales abstractos, sino herramientas prácticas que dan sentido a tu vida y te permiten enfrentar con mayor claridad y fortaleza los retos cotidianos.

Cómo EXPLORAR los valores personales en ACT

Una forma sencilla de comenzar a trabajar con los valores desde ACT es evaluar distintas áreas de tu vida. Para empezar, puedes enfocarte en estas cuatro áreas básicas:

  • Relaciones
  • Trabajo y estudio
  • Ocio
  • Salud y crecimiento personal

Paso inicial: autoevaluación

Te animo a realizar este ejercicio con papel y bolígrafo. Asigna una puntuación del 0 al 10 al grado de satisfacción que sientes en cada área. Por ejemplo:

  • ¿Estás viviendo tu ocio de la manera que deseas o es un área descuidada?
explorando tus valores personales

Un enfoque más amplio

En consulta, utilizo un cuestionario más detallado basado en el trabajo de Kelly G. Wilson. Este incluye áreas como:

  1. Amistades
  2. Relaciones íntimas
  3. Maternidad o paternidad
  4. Familia extensa
  5. Empleo
  6. Educación y aprendizaje
  7. Ocio y diversión
  8. Naturaleza
  9. Espiritualidad
  10. Ciudadanía, activismo y voluntariado
  11. Salud (ejercicio, alimentación, descanso)

El objetivo principal es identificar las áreas que consideras importantes y donde tu grado de satisfacción actual es bajo. Reflexiona: ¿Qué está faltando en estas áreas? Es común que surja una combinación de objetivos, deseos y valores. Esto te ayudará a profundizar en los valores subyacentes detrás de tus metas.

Profundizando en los valores

Una manera práctica de hacerlo es plantearte cómo te gustaría comportarte en cada área, centrándote en lo que puedes controlar: tu comportamiento. Por ejemplo:

  • Amistades: Si fueras la mejor amiga del mundo, ¿cómo te comportarías?
  • Paternidad: ¿Qué significa para ti ser un buen padre o madre?

Este enfoque no implica ignorar los objetivos tangibles, como ampliar tu círculo de amistades, sino reconocer que tus valores guían las acciones necesarias para alcanzarlos.

En definitiva, trabajar con tus valores personales te ayuda a reconectar con lo que realmente importa y a actuar con propósito, incluso en áreas donde sientes insatisfacción.

Cuestiones a tener en cuenta al identificar los valores personales

Apostar alto valores

Cuando hablamos de valores personales, no se trata únicamente de identificar las cualidades que ya poseemos, ya sea en mayor o menor medida. El verdadero enfoque está en explorar las cualidades que nos gustaría tener, independientemente de si las hemos desarrollado o no. Los valores son cualidades que podemos aprender y cultivar, como ser más cercano, más paciente o más comprensivo.

Para ello, es fundamental reflexionar desde una perspectiva ambiciosa y libre de restricciones. Imagina un escenario ideal, un mundo donde todos tus deseos se hacen realidad. Actúa como si no existieran obstáculos para comportarte tal y como te gustaría.

Enfócate en la dirección, no en las barreras

El propósito de este ejercicio no es fijar una meta específica, sino definir con claridad la dirección hacia la que deseas avanzar. Nuestra mente tiende a anticipar posibles dificultades o barreras que, en el presente, pueden parecer insuperables. Sin embargo, este no es el momento para preocuparse por los desafíos que puedan surgir. Concéntrate en tus aspiraciones y en lo que realmente anhelas.

Visualiza este proceso como un mapa que traza el camino hacia el tipo de persona que quieres ser a medio y largo plazo. Las dificultades, sin duda, aparecerán en el camino, pero ahora no es momento de prestarles atención. Este es el momento de soñar, de definir lo que realmente importa para ti.

Pregúntate: ¿Qué clase de persona quieres ser?

Con todo esto en mente, vuelve a plantearte la pregunta de manera clara y honesta:
¿Qué tipo de amigo te gustaría ser?

Deja que esta respuesta guíe tus acciones y decisiones, siempre orientándote hacia esa versión de ti mismo que aspiras a construir.

Los valores NO son simplemente sentimientos agradables

Los valores no siempre están relacionados con experiencias que nos hacen sentir bien. Por ejemplo, cocinar un plato delicioso puede ser placentero, pero la verdadera pregunta es: ¿al servicio de qué quieres cocinar con esmero? Quizás sea para disfrutarlo en familia y crear momentos significativos juntos. En ese caso, cocinar no es solo una acción agradable, sino una expresión de tu valor de cuidar y generar bienestar para ti y los tuyos.

Es importante entender que los valores no son emociones. Aunque actuar en coherencia con ellos puede generar sensaciones positivas como plenitud o bienestar, también puede ser una fuente de dolor y desafío en determinados contextos.

Vivir según tus valores puede ser DIFÍCIL

Imagina que uno de tus valores fundamentales es cuidar de tu familia, y a un ser querido le diagnostican Alzheimer. Seguir ese valor podría implicar renunciar a parte de tu tiempo libre para dedicarte a su cuidado. Puede significar lidiar con episodios en los que esa persona se enfada contigo, no te reconoce o incluso te percibe con desconfianza.

Cuidar de alguien en esta situación puede ser profundamente doloroso y difícil, especialmente cuando las circunstancias son emocionalmente agotadoras. Es posible que no experimentes bienestar inmediato o gratificación en esos momentos. Sin embargo, eliges actuar porque lo que estás haciendo responde a algo profundamente importante para ti. Este es el verdadero poder de los valores: guiarte hacia aquello que le da significado a tu vida, incluso cuando el camino es arduo.

Valores y emociones dolorosas

Los valores detrás del dolor

Curiosamente, muchas veces el dolor que experimentamos señala que un valor fundamental está siendo vulnerado. Ese malestar puede ser una señal clara de lo que realmente importa para ti. Por ejemplo, si algo te duele profundamente, pregúntate: ¿Qué valor está en juego aquí? Del mismo modo, nuestras preocupaciones suelen revelar valores que queremos proteger.

Eligiendo tu dirección

En última instancia, no siempre puedes controlar las emociones que surgen, pero sí puedes decidir la dirección que quieres tomar. Elegir vivir en coherencia con tus valores, haciendo espacio para las emociones que emerjan en el proceso.

Valores como ELECCIÓN

Los valores son una elección consciente; son algo que deseamos, no algo impuesto o dictado por normas externas. No se trata de:

  • Hacer lo justo.
  • Cumplir con lo correcto, lo moral o lo esperado.
  • Actuar según lo que “me corresponde”.
  • Seguir creencias sobre lo que «debería» hacerse.
  • Ajustarse a las expectativas de éxito que marca la sociedad.

Tus valores no necesitan justificación. Elegir un valor es como preferir un sabor de helado: “Me gusta el de plátano porque sí.” Es una elección personal, libre y auténtica.

Valores como elección

¿Estás eligiendo tus valores libremente?

Para saber si estás actuando desde tus propios valores y no desde expectativas externas, reflexiona con preguntas como estas:

  • ¿Si nadie más supiera que estás cuidando a tu pareja con Alzheimer, seguirías queriendo hacerlo?
  • ¿Si tuvieras garantizada la aprobación de todas las personas, sin importar lo que eligieras, cómo te comportarías en esta situación?
  • ¿Si no te importara lo que otros piensen de ti, qué cambiarías en tu vida?

Estas preguntas te ayudan a conectar con tus valores más auténticos y a elegir un camino que sea verdaderamente significativo para ti, sin presiones ni juicios externos. Porque vivir según tus valores no es cumplir con lo que otros esperan, sino avanzar hacia lo que realmente importa para ti.

Valores y flexibilidad psicológica

Muchas personas que acuden a consulta suelen tener un objetivo claro: “Quiero dejar de sentir [X emoción].” Una pregunta clave en estos casos es:
¿Qué harías distinto si esa emoción dejara de ser un problema para ti?
(Notemos que NO he dicho “si dejaras de sentirla”). Las respuestas a esta pregunta suelen ofrecer una primera aproximación a los valores de la persona.

Sin embargo, para trabajar en profundidad con los valores, es útil haber avanzado previamente en otras áreas como la aceptación emocional (Episodio 5) y la defusión cognitiva (Episodio 8).

El papel de los valores en la Flexibilidad Psicológica

Los valores son el núcleo que da sentido a los demás procesos de la terapia ACT, los cuales contribuyen a desarrollar la flexibilidad psicológica:

  • Hacer espacio a emociones desagradables: porque estas pueden ser obstáculos que dificultan avanzar hacia lo que realmente importa.
  • Tomar distancia de pensamientos problemáticos: no para eliminarlos, sino para permitirnos actuar en consonancia con nuestros valores.
  • Estar presentes: para reconocer en cada momento si nuestras acciones están alineadas con nuestros valores o no.
  • Adoptar la perspectiva del «yo observador»: lo que nos permite imaginar un futuro donde seguimos nuestros valores, tomando decisiones más conscientes.
  • Acción comprometida: consiste en traducir nuestros valores en acciones concretas. Esto incluye descomponer grandes metas en pequeños pasos, perseverar a pesar de las dificultades, y aceptar los pensamientos y emociones que puedan surgir durante el proceso.

Evitando que los valores se conviertan en un nuevo “Debería”

Es importante no caer en la trampa de convertir los valores en una regla rígida o en una nueva fuente de presión constante. Como dice Steven C. Hayes:
“Persigue tus valores con vigor, pero no te aferres a ellos.”

Los valores no son mandatos inquebrantables, sino elecciones conscientes que hacemos momento a momento. No implica que, por haber elegido un valor, debas actuar siempre de manera impecable en consonancia con él. La flexibilidad es clave para evitar que los valores se conviertan en una carga.

¿Cambian los valores a lo largo de la vida?

Sí, los valores pueden cambiar, especialmente en respuesta a eventos significativos de la vida:

  • Transitar de vivir solo a convivir con otras personas.
  • Cambios laborales, como empezar un nuevo trabajo o retirarse.
  • Convertirse en padre o madre.
  • Afrontar una enfermedad grave o crónica.

Estos cambios pueden influir en la importancia relativa de algunos valores o incluso en la aparición de nuevos. Aunque algunos valores pueden mantenerse estables durante ciertos períodos, la priorización de unos sobre otros puede variar según el contexto y las circunstancias.

Los valores cambian

CLARIFICAR los valores de manera más experiencial

La clarificación de valores es, en esencia, un proceso profundamente experiencial y emocional, más que meramente racional.

El núcleo de este enfoque radica en tu propia experiencia. Si no estás seguro de si un valor es relevante para ti, la mejor manera de descubrirlo es llevarlo a la práctica y observar las consecuencias.

Experimenta con tus valores

¿Te animas a realizar un experimento? Durante la próxima semana, elige un valor al comienzo del día y comprométete a actuar según ese valor a lo largo de la jornada. Reflexiona después sobre cómo te hace sentir.

No te concentres tanto en las emociones previas a actuar (puede que experimentes nervios o inseguridades), sino en cómo te sientes después de realizar la acción. Observa si percibes algún cambio en tu estado interno o en tu perspectiva.

La metáfora del 80 cumpleaños

Metáfora 80 cumpleaños

Te invito a hacer un ejercicio de visualización:

Imagina que hoy es el día de tu cumpleaños número 80. Las personas que más te quieren han organizado una gran celebración en tu honor. Han acudido todas las personas importantes en tu vida, incluso aquellas que ya no están contigo, porque esta es tu imaginación: familiares, amigos, compañeros de trabajo o estudio, o miembros de grupos y asociaciones a los que perteneciste.

¿Dónde te gustaría que se realizara esta celebración? Tal vez en un bosque, un palacio, una sala de fiestas, o cualquier lugar significativo para ti.

Después de compartir una comida memorable y bailar al ritmo de las canciones que marcaron tu vida, un gong suena y todos guardan silencio. Se instala un púlpito y una persona de tu familia se levanta para hablar sobre ti.

  • ¿Quién te gustaría que hablara en ese momento?
  • ¿Qué te gustaría que dijera sobre cómo te has comportado con ella?

Tómate unos instantes para reflexionar sobre lo que desearías que dijeran las personas que más importan en tu vida. Piensa en los valores que se reflejan en esas palabras.

Luego, otra persona sube al púlpito, esta vez una amistad cercana.

  • ¿Qué te gustaría que dijera sobre el tipo de amigo o amiga que has sido?

Cuando estés lista/o, escribe esas reflexiones y busca los valores subyacentes en ellas. Puedes extender este ejercicio imaginando a personas de otros ámbitos importantes en tu vida, como el trabajo o el activismo.

Ejercicio: ¿A quién admiras?

Piensa en alguien que admiras profundamente. Puede ser una persona real o incluso un personaje de ficción.

  • ¿Qué cualidades admiras en esta persona o personaje?
  • ¿Qué admiras de la manera en que se comporta?
  • ¿Qué tienen esas cualidades que resuena contigo?
  • ¿Te gustaría desarrollar alguna de esas cualidades en tu propia vida?

Explorar lo que admiras en otros puede ayudarte a identificar valores que son importantes para ti y que deseas cultivar.

Admirar valores

LISTA de valores personales ACT

A continuación, encontrarás una lista de valores personales comunes, basada en el trabajo de Russ Harris en Confidence Gap. Esta lista no es exhaustiva, pero puede servirte como guía o punto de partida. Siéntete libre de añadir términos que sean significativos para ti.

  • Aceptación: aceptarme a mí mismo, a los demás, la vida, etc.
  • Ser aventurera: explorar activamente experiencias nuevas o estimulantes.
  • Asertividad: defender respetuosamente mis derechos y pedir lo que quiero.
  • Autenticidad: ser genuina/o y real.
  • Cuidar de una misma: ser cuidadoso conmigo mismo y con los demás
  • Compasión: ser amable conmigo mismo y otras personas.
  • Conexión: participar plenamente en lo que estoy haciendo y estar totalmente presente con los demás.
  • Contribución y generosidad: contribuir, dar, ayudar, asistir o compartir.
  • Cooperación: cooperar y colaborar con los demás.
  • Coraje: ser valiente; persistir ante el miedo, la amenaza o la dificultad.
  • Creatividad: ser creativa o innovador
  • Curiosidad: ser curioso, abierto e interesado; explorar y descubrir.
  • Aliento: fomentar y recompensar comportamientos que valoro.
  • Compromiso: participar plenamente en lo que estoy haciendo.
  • Justicia: ser justo conmigo y con los demás.
  • Flexibilidad: ajustarme y adaptarme fácilmente a las circunstancias cambiantes.
  • Libertad e independencia: elegir cómo vivir y ayudar a los demás a hacer lo mismo.
  • Amabilidad: ser amistosa, agradable o simpático con los demás.
  • Indulgencia: ser indulgente conmigo o con los demás.
  • Diversión y humor: buscar, crear y participar en actividades divertidas.
  • Gratitud: estar agradecido y apreciarme a mí, a las demás y a la vida.
  • Honestidad: ser honesto, veraz y sincero conmigo y con los demás.
  • Dedicación: ser laborioso, trabajador y dedicado.
  • Intimidad: abrirme, revelarme y compartirme, emocional o físicamente.
  • Amabilidad: ser amable, considerado, cariñoso o atento conmigo o con los demás.
  • Amor: actuar con amor o afecto hacia mí o hacia los demás.
  • Atención plena: estar abierta al momento presente, participar en él y sentir curiosidad por él.
  • Orden: ser ordenada y organizada.
  • Persistencia y compromiso: continuar con determinación, a pesar de los problemas o dificultades.
  • Respeto/autoestima: tratarme a mí y a los demás con cuidado y consideración.
  • Responsabilidad: ser responsable de mis actos.
  • Seguridad y protección: asegurar, proteger o garantizar mi propia seguridad o la de los demás.
  • Sensualidad y placer: crear o disfrutar de experiencias placenteras y sensuales.
  • Destreza: practicar y mejorar continuamente mis habilidades y aplicarme plenamente.
  • Apoyo: ser comprensivo, útil y estar disponible para mí o para los demás.
  • Confianza: ser digno de confianza, leal, fiel, sincera y fiable.
  • Otras…

¿Y ahora qué?

Tras realizar los ejercicios de reflexión sobre valores, es probable que hayas identificado áreas de tu vida que deseas desarrollar o aspectos que podrían estar desatendidos.

Te sugiero empezar de manera gradual:

  1. Prioriza: elige los valores y ámbitos que sientas más importantes para ti.
  2. Enfócate: trabaja en ellos de uno en uno, para lograr un cambio sostenible.

En próximos contenidos sobre acción comprometida, exploraremos cómo establecer objetivos alineados con tus valores y avanzar hacia ellos mientras manejas los obstáculos que puedan surgir en el camino.

La clave es no solo identificar tus valores, sino darles vida a través de tus acciones. ¡Empieza hoy mismo!

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Inaki Psikologoa
Sobre Inaki Psikologoa

Psicólogo colegiado (n.º BI05347, Colegio Oficial de Psicología de Bizkaia) y coach profesional, con una sólida formación en terapias contextuales como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), la Activación Conductual (AC) y la Psicoterapia Analítico Funcional (FAP). Miembro activo de la Asociación Científica para el Análisis Contextual de la Conducta (ACBS). Además, soy especialista en temas de género y masculinidades, abordando estas áreas desde una perspectiva científica y transformadora.

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