Episodio 21 del pódcast Psiconsejos vendo, y titulado «Amaxofobia causas y tratamiento«.
¿Qué es la amaxofobia?
Generalmente, se piensa que la amaxofobia es el miedo a conducir. Pero no es exactamente así.
La amaxofobia se refiere al miedo a estar en un vehículo, ya sea como pasajero o como conductora. Se trata de un trastorno de ansiedad que se da durante la conducción. Se entiende, por tanto, como una fobia situacional: Es decir, referida a una situación concreta.
También se caracteriza por pensamientos anticipatorios antes de conducir, y que generan una gran angustia (temblores, aumento del ritmo cardiado, sudor, pánico, mareos, pesadillas, etc.).
Situaciones temidas típicas
- Tener miedo a provocar o sufrir un accidente de tráfico.
- Miedo a quedar atrapada en un atasco.
- Miedo a resultar herido.
- Temor a atropellar a un viandante.
- Inquietud a adelantar a otros coches.
- Miedo a recibir críticas por su modo de conducir (si se retrasan al entrar en una rotonda o tardan mucho en aparcar).
- Ansiedad ante la posibilidad de tener un ataque de pánico o de desmayarse mientras conducen.
El miedo también puede limitarse solo a ciertas situaciones o condiciones climatológicas:
- Conducir de noche.
- Con lluvia o nieve.
- Conducir en autopistas o por el carril de la izquierda.
- Conducir dentro de la ciudad.
- Transitar puertos de montaña.
- Cruzar túneles largos.
- Pasar cerca de camiones con grandes remolques.
Como vemos, las situaciones que producen miedo son muy variables, así como la intensidad de la ansiedad que provocan. Un aspecto clave a la hora de valorar la gravedad de los síntomas es cuánto limita la vida de la persona en cuestión. Por ejemplo, ¿le impide desplazarse al trabajo, o visitar amistades, o realizar planes de ocio que le gustaría llevar a cabo?
Y como decíamos, en ciertos casos, hay personas a las que les resulta imposible desplazarse no solo en coche, sino también como pasajeras en autobús, tren o avión.
Posible inicio
Es habitual pensar que la causa emocional de la amaxofobia se debe a haber sufrido una experiencia traumática. Por ejemplo, un accidente de tráfico, o haber estado a punto de tener uno. Y que ello derive en estrés postraumático.
Pero lo cierto es que también puede adquirirse ese miedo sin haber experimentado dicha situación directamente: por ejemplo, a través del relato de un conocido que ha sufrido un accidente, o tras haber visto imágenes de alguno en un informativo, o incluso en algún anuncio que pretendía desincentivar el consumo de alcohol al volante. (Fuente)
También puede influir cómo ha sido el proceso por el que se ha aprendido a conducir. Por ejemplo, la utilización de métodos autoritarios por parte de algún familiar y el impacto que ello puede representar en la autoeficacia para conducir, se relaciona con:
- Peor desempeño.
- Menor tolerancia a los errores cometidos.
- Menor tiempo dedicado a aprender y practicar la conducción.
Y esto hace que se incremente la ansiedad a la hora de coger el coche.
Otras variables personales que median en la amaxofobia son la responsabilidad excesiva (de cara a poder provocar un accidente, por ejemplo) o la pérdida de capacidades físicas debido a envejecimiento o fruto de alguna enfermedad o accidente (por ejemplo, menor agudeza visual).
Amaxofobia: qué la mantiene
Una explicación simplificada podría consistir en lo siguiente:
- Algún evento mientras se estaba dentro de un coche (sufrir un accidente, tener un ataque de pánico, recibir una fuerte bronca, etc.) genera una elevada ansiedad.
- Dicha ansiedad queda asociada al hecho de conducir o estar en el vehículo, de forma que cada vez que se anticipa la posibilidad de usar el coche, la ansiedad se dispara.
- En cambio, cada vez que la persona evita la situación temida (conducir de noche, por ejemplo), siente alivio a corto plazo.
- Pero si la evitación se convierte en un patrón, el miedo irracional se mantiene y puede extenderse a un mayor tipo de situaciones.
El problema no radica tanto en la causa que desencadenó la amaxofobia. La cuestión clave es el modo en el que se afronta dicha ansiedad:
- Evitando la situación que produce ansiedad. O utilizando conductas de seguridad, que veremos más adelante.
- Afrontando la situación con ansiedad.
Datos: ¿Quiénes sufren amaxofobia?
Según un estudio llevado a cabo por la fundación Mapfre, el 33% de las personas con carné de conducir afirman tener miedo a conducir en el estado español. Pero en lo que se refiere a un miedo incapacitante para ponerse al volante, la cifra se reduce a un 6%.
Según este estudio, el 64% eran mujeres, y el 36% hombres. En las mujeres la edad media eran los 40 años y en los hombres los 60. Este último dato se relaciona con el motivo que aluden la mayoría de los hombres y que es la merma de capacidades físicas.
Por contra, en las mujeres la causa esgrimida tenía que ver más con una baja destreza autopercibida.
Relación entre amaxofobia y género
Por una parte, la conducción ha sido un ámbito eminentemente masculino: desde la conducción deportiva hasta la conducción profesional (camiones, autobuses).
De hecho, continúa vigente el estereotipo según el cual las mujeres tienen menor habilidad para conducir que los hombres (con frases como “mujer al volante, peligro constante”).
Sin embargo, los datos no parecen indicar eso: Los hombres, de media, tienen más accidentes que las mujeres, y además son más graves. Y la mortalidad entre los conductores hombres es más del doble que en las mujeres.
Haciendo honor a la verdad, hay que relativizar un poco estos datos porque solo se tiene en cuenta el número de mujeres y hombres con carné de conducir. Y se sabe que los hombres conducen de media más que las mujeres. Así, lo suyo sería normalizar según el número de kilómetros recorridos por ellas y ellos.
Por otra parte, las compañías de seguros suelen ofrecer precios más baratos si la conductora es mujer, especialmente si además es joven. Esa diferencia deriva de la probabilidad de sufrir accidentes: mayor entre hombres que mujeres, y superior entre conductores noveles.
Y aquí, de nuevo, ¿la causa es que los hombres tienden a conducir de forma más temeraria y las mujeres de manera más precavida?, ¿o es que las mujeres tienden a conducir menos? Pues probablemente ambas.
Diferencias en el modo de conducir
- Ellos suelen tener más infracciones por exceso de velocidad o velocidad inadecuada (aunque las diferencias decrecen con la edad).
- Ellos también tienden a tener más infracciones por consumo de drogas al volante (5 veces más que ellas).
- Las mujeres por contra suelen usar más el cinturón de seguridad, y suelen distraerse más al volante (principalmente hablando).
Estereotipos de género
Según el estudio #EllasConducen que la cadena Midas: más de la mitad de las mujeres ha recibido comentarios sexistas cuando estaba al volante. Y en lo que a las habilidades de conducción se refiere, casi el 20% de los varones y más del 7% de las mujeres consideran que ellas conducen peor que ellos. Nótese la diferencia de casi 13 puntos a la hora de valorar la destreza al volante de las mujeres.
Diferencias respecto a lo que se considera una buena conducción
Según el informe ‘EMA2D: Estereotipos de género y seguridad vial’, las diferencias entre sexos eran las siguientes:
- Para las mujeres, una buena conducción incluye la precaución, una conducción cooperativa o la empatía con otros conductores.
- Para los hombres, en cambio, una buena conducción implica autocontrol, realizar un correcto mantenimiento del vehículo y cumplir con los objetivos: llegar a tiempo, o alcanzar la meta.
Nótese que me estoy refiriendo a las diferencias entre los dos grupos, ya que había también muchas similitudes.
Resignificando adjetivos
¿Cumplir las normas de tráfico te convierte en una persona precavida o en una conductora lenta o poco diestra?
¿Saltarse los límites de velocidad te convierte en un temerario o es que tienes un gran dominio de la conducción?
Amaxofobia y género
La influencia del género en las expectativas sobre cómo conducimos mujeres y hombres repercute en los casos de amaxofobia. Por una parte, parece esperable que si los estereotipos de género dictan que ellas son menos hábiles, haya más mujeres que hombres con amaxofobia. Lo cual es cierto.
Por otra, si la expectativa es que los hombres conduzcan mejor y la expresión del miedo suele considerarse poco masculina, es de esperar que menos hombres expresen su miedo a conducir (pese a que lo tengan).
Y también es posible que en los hombres en los que la ansiedad por conducir se deba principalmente al temor a ser vistos como poco competentes, tengan mayor gravedad debido a esas expectativas de género. En ambos casos, sufrirla suele repercutir en la autoestima.
Tratamiento psicológico de la amaxofobia
La terapia para superar el miedo a conducir suele incluir los siguientes componentes:
Exposición en vivo o virtual
La psicoterapia basada en la exposición es el tratamiento principal. La exposición implica ir realizando las conductas que previamente se evitaban, de forma graduada. Para ello, se construye una jerarquía de situaciones que generan niveles de ansiedad crecientes.Dentro de esa jerarquía, puede utilizarse la exposición en imaginación, mediante realidad virtual o en vivo.
Construyendo la jerarquía de exposición
Para construir la jerarquía personalizada es necesario hacer una evaluación previa. Indagar qué tipos de situaciones evita y qué conductas de seguridad utiliza cuando se expone a la situación:
- Coger el volante fuertemente.
- No abandonar el carril de la derecha.
- Conducir muy despacio.
- Ir siempre en compañía de alguien más, etc.
Entre las variables habituales con las que se puede jugar para armar esa jerarquía de situaciones temidas, pueden encontrarse:
- Tipo de vía o carretera.
- Las condiciones climatológicas.
- Ir o no en compañía.
- Efectuar o no adelantamientos o cambios de carril.
- La densidad del tráfico.
- Conducir por trayectos desconocidos o familiares, etc.
Antes de exponerse
Antes de comenzar la exposición conviene evaluar si la persona posee las habilidades necesarias para conducir (no basta con poseer el carnet de conducir).
Entrenamiento en flexibilidad psicológica
Además, se pueden trabajar varios procesos de flexibilidad psicológica para facilitar la exposición.
- Defusión para tomar distancia de pensamientos catastróficos.
- Aceptación para hacer espacio a la ansiedad.
- Presencia para focalizar la atención a la tarea de conducir.
- Yo observador para desapegarse de autodefiniciones limitantes relativas a la capacidad propia para conducir.
- Valores para contactar con aquello importante que puede obtener a través de la conducción.
He dedicado episodios completos a cada uno de dichos procesos, así que te recomiendo echarles un ojo si aún no lo has hecho.
Cometer errores
Otra técnica que puede ser útil en casos donde buena parte del miedo proviene del temor a la crítica externa, consiste en cometer errores leves de forma deliberada. Por ejemplo, aparcar mal adrede para hacer esperar a otros coches.
De esta forma, la persona puede contactar con las consecuencias reales de sus acciones, que generalmente son mucho menos catastróficas de las imaginadas. Al comprobar que no pasa gran cosa tras efectuar algún error, su temor a cometerlos suele reducirse, así como la ansiedad previa antes de ponerse al volante y que suele interferir en la conducción.
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